Con alguna frecuencia vemos hoy en día por todas partes
niños (y también adultos) vociferando a gritos cuando las cosas no les
funcionan como quisieran, no porque tengan más problemas que nunca sino porque
tienen muy poca tolerancia a la frustración.
Parece que, atemorizados por toda la información sobre las consecuencias
que cualquier experiencia negativa puede tener sobre nuestros hijos, los padres
nos hemos dedicado a solucionarles cuanto problema, tristeza o dificultad enfrentan
para que “no sufran”. Y por esta razón estamos criando unos niños que no toleran
nada, a la vez que exigen todo lo que quieren así no lo merezcan… y lo más rápido
posible.
Como la niñez es
la escuela de entrenamiento para la edad adulta, nuestra función como padres
no es solucionarles todo en la vida a los hijos sino prepararlos para que ellos
se las arreglen ante las circunstancias difíciles que tendrán que enfrentar en
su trayecto por este mundo.
Saber lidiar con la
frustración es una de ellas porque en la adultez se les presentarán muchas, y
si no las han sufrido cuando son pequeños no sabrán cómo manejarlas cuando sean
grandes.
Además, la frustración no es una desdicha sino
una experiencia fundamental para la formación del carácter de los hijos. Es
gracias a ella que los niños aprenden a ser flexibles y a adaptarse a lo
imprevisible, que desarrollan la creatividad para encontrar nuevas opciones
cuando otras no les funcionan, que perseveran sin darse por vencidos cuando las
cosas no resultan como lo desean y que desarrollan la paciencia necesaria para
lidiar con una realidad en la que los hechos suceden a un ritmo y en una forma
distinta a la que esperaban.
Si por temor a que
los hijos sufran con sus frustraciones, los padres hacemos hasta lo imposible
por evitárselas, los estamos alistando para vivir frustrados… porque no tendrán
la ecuanimidad ni aprenderán a sobrellevar los desafíos y reveses que irremediablemente
serán parte de su historia.
Las frustraciones
no son malas, pero no tener la capacidad de superarlas ¡sí que lo es!
Ángela
Marulanda
Fuente: http://www.lafamilia.info/
Fuente: http://www.lafamilia.info/