Si ha visto alguna vez uno de esos
anuncios donde un padre, madre, abuela o abuelo están horneando pan o dulces
con un niño (como los que se transmiten en la temporada de fin de año), podrá entender el sentimiento de calidez y
cariño que imparten. Aunque quienes aparecen en la pantalla son personas
que actúan y reciben pago por vender una sensación de compenetración familiar, la imagen que proyectan se puede recrear
fácilmente en su hogar.
Cocinar en
familia implica diversos beneficios, especialmente para quienes no disponen de
muchas oportunidades para reunirse y pasar un buen rato juntos.
Considere
estas ventajas que le estimularán a encaminarse a la cocina, y hacer un
recuento de lo que tiene a mano para crear un momento de compenetración
familiar:
Tiempo en
familia:
¿Cuántas
familias de hoy tienen demasiadas ocupaciones, con mamá en una dirección, papá
en la otra, y los niños tratando de equilibrar las tareas escolares y las
actividades extracurriculares?
La
preparación de una comida o postre en familia ubica a todos sus integrantes en
un mismo espacio, y constituye una oportunidad sin presiones para saber lo que
está ocurriendo en las vidas de los demás.
Ahorros:
Los alimentos pre-empacados
tienden a ser más costosos por la conveniencia que ofrecen. En vez de gastar
dinero comprando un pastel preparado en la panadería, ahorre haciendo uno en
casa con ingredientes económicos que probablemente ya tiene en su alacena.
Enseñe y
solidifique destrezas de cálculo matemático:
El trabajo de hornear, más que la
preparación normal de una comida, exige la medida cuidadosa de los
ingredientes. El conteo, organización, medida y cocción cronometrada,
complementan las lecciones que se les imparten en la escuela a los niños
pequeños, pero de una forma más agradable.
Es mucho
más fácil que los niños visualicen conceptos como la adición y la sustracción o
las fracciones cuando trabajan con objetos tangibles. Además, pueden apreciar
cómo estas lecciones se relacionan con la vida cotidiana.
Aprender a
trabajar en colectivo:
Hay un viejo refrán que dice:
“Muchas manos en un plato, todas tocan a rebato”. Sin embargo, la labor de hornear en familia, y la
asignación de tareas individuales que implica, fomenta lecciones de paciencia,
cooperación y esfuerzo conjunto, elementos importantes que debemos entender,
independientemente de la edad de cada cual.
Premio a
la dedicación:
Lo bueno
de cocinar en familia es que el premio al esfuerzo es una creación deliciosa
cuando concluyen las etapas de preparación y cocción. Las familias pueden crear
maneras de disfrutar de los frutos de su trabajo, organizando una noche de
juegos o invitando a amigos y familiares para disfrutar de un pastel y un
delicioso café.