¿Qué entendemos por un Líder?
A menudo se identifica la imagen de un líder con alguien emprendedor, carismático, rodeado de fama, éxito y popularidad. Estas imágenes no siempre son correctas y son producto de una sociedad carente de valores y ávida de crear falsos ídolos.
La palabra Líder desprende en síntesis un matiz mucho más cercano, funcional y útil para la Vida de cualquiera, fuera de una visión mediática, inalcanzable para la mayoría y tendente a alimentar más el Ego que el Alma y el Corazón.
Líderes con Alma y líderes caídos
Los líderes mediáticos son líderes Caídos. Son figuras terrenales sometidas a poderosos manejos ocultos fuera y dentro de ellos mismo y sin base evangélica que los sostenga. La palabra Líder significa “ir delante”, liderar…
El líder caído ambiciona ir y estar delante de otros, para que su Ego cobre relevancia y protagonismo.
Un verdadero Líder busca ir y estar delante de su Ego, de sus miserias, de sus imperfecciones para liderarlas con humildad, sencillez y Conciencia del momento.
El líder caído vive para ser vanagloriado por su pasado, por lo hecho, por sus méritos. Hablando a menudo de sí mismo… de sus logros y con ambición de futuro.
Un Líder auténtico vive para ser consciente del aquí, del ahora, del presente… de las necesidades esenciales de él mismo y de cuantos le rodean.
Mientras el Líder vive para mejorar, el líder caído vive para ambicionar y recordar.
Un verdadero Líder sabe hacerse cargo
El camino para poder liderar la Vida pasa por tomar la firme decisión de hacerse cargo de las propias responsabilidades. La expresión “Hacerse cargo…” implica actuar con Sentido de Conciencia del Momento.
El trabajo, un proyecto, la Familia, el Servicio al prójimo, ser padre, amigo, esposo, hijo, el Hogar, etc., demandan una posición tanto como una conciencia y actuación.
Saber estar posicionado en cada uno de los roles de la Vida y ser actuante en consecuencia, conduce a un buen y provechoso liderazgo.
Un verdadero Líder alimenta el corazón
Los líderes caídos alimentan el Ego bajo el efecto especular de la mente en la cual se ocultan numerosos defectos entre pliegues y recodos de la personalidad.
Mientras que el Líder auténtico alimenta el Corazón bajo la acción cotidiana de sus actuaciones y el deseo de pureza álmico para ser mejor. Unos padres amorosos y atentos con sus hijos, unos esposos que cuidan por ser el mejor compañero que su cónyuge necesita, hijos que respetan a sus padres, nietos que honran a sus mayores, jefes que valoran a sus subordinados, amigos que aprecian el compartir con los demás, empleados nobles y honrados… todos ellos ejercen el sentido auténtico de ser un verdadero Líder.
Un verdadero Líder no es un ser único ni exclusivo
El carisma conduce a la visión personal y exclusiva de uno mismo. Alimenta el Ego y la vanidad. Sin embargo el Alma ayuda a tener una visión más amplia de la Familia humana, que son todos los seres con los que nos vinculamos.
El auténtico Líder valora el compartir delegando actuaciones y responsabilidades para ayudar a crecer a los que tiene a su lado.
No se ve como el “salvador”, “director” u “orientador” de los demás ni en la exclusividad de ser un protagonista en la Vida ajena. Estimula a que cada uno sea protagonista de su propia Vida tomando las riendas de sus responsabilidades.
Un Líder busca el éxito dando oportunidades a los demás
El éxito no es un patrimonio personal sino grupal. Un verdadero Líder sabe que su éxito está basado en la satisfacción de ver como los demás maduran, crecen y se superan gracias al trabajo compartido con cada uno.
Pero jamás sintiendo que el éxito ajeno es gracias a la virtud donada. Cuando estamos enfermos y nos atiende un facultativo hay que entender que no es el médico quien cura sino el tratamiento, ya que el médico aplica distintas intervenciones sin las cuales no hay curación posible. El Líder ve el éxito en el tratamiento aplicado no en quien lo aplica.
Un verdadero Líder sabe liderarse él antes que liderar a otros
Cuando alguien es superior a otros demuestra ser fuerte. Mientras que cuando un Líder se gobierna a sí mismo demuestra ser PODEROSO.
Ser fuente de inspiración es algo tremendamente difícil, pero este es el objetivo vital de todo Líder: alumbrar la Conciencia, estimular los valores y virtudes yacentes en lo profundo del Alma, para que todo aquel que esté a su lado sienta un intenso deseo de motivación y pulsión por cambiar y transformarse.
Un verdadero Líder vive en los valores no los predica
La auténtica acción motivadora no está en la palabra o en la escritura sino en la acción. La palabra embaucadora es propia de los líderes caídos que embelesan la mente de sus oyentes. Este poder de la oratoria o la escritura activa numerosos “vacios” internos, necesidades insatisfechas y carencias encubiertas de sus seguidores, llevándolos a una devoción ciega, admiración ineficaz y adulación perniciosa.
Los líderes caídos parasitan y son parasitados por estos vacíos en vez de despejarlos.
Mientras que un Líder ejerciendo la acción de las virtudes en su Vida cotidiana, trasmite, no divulga ni exige, una filosofía de Vida, bajo el poder de la actuación. Ser ejemplo en acción es uno de los sellos inconfundibles de un auténtico Líder.
El verdadero Líder sabe ser el mejor ideal para los que le rodean
Cuando se lideran virtudes ejerciéndolas con los demás se logra situarse en la Vida. Saber posicionarse es fundamental para poder dar al otro aquello que en verdad necesita. Tener Conciencia de las necesidades a donar, es el primer paso y para eso hay que dejar a un lado las necesidades del propio Ego.
Una de las cosas más difíciles es saber dar a los demás aquello que necesitan para prosperar. No lo que los demás consideran que merecen o necesitan oír.
A la luz de los numerosos fracasos en las relaciones humanas, saber ser el padre adecuado, la esposa correcta, el hijo que los padres necesitan, el amigo preciso… en síntesis saber estar para el otro y ser el compañero adecuado que el otro necesita, implica un profundo sentido del propio liderazgo.
Un verdadero Líder no dirige… acompaña
Dar órdenes es más fácil que acompañar a quien las ejecuta. Un Líder no es el director de la Vida de nadie… sino un Compañero de Camino. Un apoyo para seguir el curso de la Vida, un motivador, un inspirador, un alentador.
El que lidera los pasos de un inseguro anciano al caminar no son sus frágiles piernas sino el bastón en el que se apoya. Ése es el Líder que acompaña el paso seguro de quien camina pero no camina por él ni le ordena hacerlo. Le da seguridad y confianza para hacerlo por él mismo.
Un Líder no se atribuye como propios los éxitos alcanzados
Ser conscientes de la Vida ayuda a entender que cuando un Líder se despeja de sus fascinaciones egoicas sabe tomar de la ésta su sabiduría.
Hablar con elocuencia y conocimiento, tener respuestas adecuadas, saber qué decir… forman parte de ser capaz de hacer una lectura de la Vida con el Alma. De ahí que no hay mérito en el hacer ni en el resultado por muchas alabanzas y felicitaciones recibidas.
Lo que un Líder da esta tomado de otro lugar no es una invención propia: luego no hay mérito alguno. Un Líder no es un sabio ni un “maestro” sino un tomador de la Vida, un canal, un puente que ayuda a que las virtudes trasgredan la soberanía del Ego.
La sociedad actual eleva a la fama a los arquitectos por su ingenio. Pero nadie honra la virtud de las propiedades de la humilde roca bajo la cual éste construye y sin la cual ningún diseño, podría realizarse.
El hombre no inventa nada que no exista en otro plano de la Vida. Trasladar lo ya existente al plano de la realización, no tiene más mérito que el proceso personal de haberse despejado para adquirir Conciencia de ello.
Un Líder vive para agradecer
No hay Conciencia de la Vida si no hay agradecimiento. Los éxitos alcanzados son honrados con sincera gratitud a la Vida, lejos de la vanagloria de muchos que alimentan su Ego creyendo tener éxito por ellos mismos.
Un Líder entiende que forma parte de un Propósito Mayor para la Vida sirviendo como un mero colaborador. No como alguien imprescindible o insustituible sino como herramienta de un Plan Mayor.
La gratitud es un don de la Conciencia cuando han sido curadas las heridas del Corazón y ha habido una reconciliación con el pasado, con lo vivido. Cuando el Alma es capaz de mirar a la personalidad con alegría, serenidad y ausencia de conflicto.
Si un Líder se despeja permite a otros despejarse
El mayor miedo no es avanzar sino dejar atrás todo lo que impide avanzar. Se teme la Luz porque para abrazarla es preciso pagar el precio de salir de la mezquina oscuridad humana.
Cuando un Líder hace brillar su Alma bajo el compás de las virtudes inconscientemente posibilita a otros para hacer lo mismo… De ese modo algo sustancial y real cambia en la Vida de esas personas.
Cuando un Líder se desprende de sus propios miedos, culpas y miserias… automáticamente su presencia libera a otros, permite que la Vida fluya, tenga sentido y se pueda comprender a través de la Conciencia.
Si un Líder ejerce desde el Corazón motiva desde el Corazón
Los líderes caídos actúan desde la mente inferior, desde lo analítico, desde lo mental. Mientras que el Líder Álmico ejerce desde el Corazón porque está situado en él, alimentado por él, inspirado por él.
El Corazón aviva un fuego cuyas llamas incineran partes y energías inferiores mediante crisis reales, conduciendo de este modo a movimientos y cambios reales. El Corazón es el centro del cuerpo, del Alma, de la Voluntad y de la Conciencia. Su fuego es renovador, sutil, espiritual y trascendente.
Un Líder ve los defectos como una oportunidad para evolucionar
La materia prima de la virtud es el defecto. El primer peldaño de todo cambio es superar la imperfección aprendiendo de ella. Un Líder observa los defectos como una virtud con polaridad invertida. Evolucionar es cambiar la polaridad de los defectos para convertirlos en virtudes nunca repudiar ni señalar a otro por errar.
Los líderes caídos suelen ser críticos debido a su erróneo concepto de la perfección y a su aspecto caustico y corrosivo de la personalidad mal alineada con la Vida y el Corazón. Mientras que un verdadero Líder, inspirado en la Compasión, ve más allá de la imperfección.
Un verdadero Líder absorbe el conocimiento de la Vida no lo manipula a su conveniencia
La sociedad actual vive bajo el influjo de muchos líderes que manipulan sus capacidades y habilidades bajo su voluntad e intereses.
El auténtico Líder entiende que el conocimiento es la gran donación de la Vida a quienes trabajan para despejarse y son capaces de intuirlo. Pero como humanos actúan como filtros, ya que ese conocimiento pasa a través de la mente y se trasmite a los demás.
El trabajo de un buen Líder es actuar más como dosificador que como filtro. Saber hablar es tan importante como saber callar o qué, cuándo y cómo decir lo que llega. Liderar la capacidad de alinear lo recibido con lo trasmitido, es un arduo trabajo que precisa de un gran desprendimiento personal sobre las necesidades e intereses propios para evitar una consciente o inconsciente manipulación o adulteración.
Un verdadero Líder sabe reconocer cada área de entrega en el mapa de su Vida
A menudo se asocia el concepto de Líder con una persona relacionada con el mundo empresarial, deportivo, político, mediático, la fama o con expresiones como “líder de masas”, “líder mediático”…
Sin embargo, un Líder actúa y se entrega allí donde la Vida lo sitúa, aunque su “público” sea la simple Familia, el vecindario, los amigos, la pareja, el trabajo, el Servicio, etc. Cuando un líder caído busca públicos de masas alimenta su Ego, su vanidad, su engreimiento, su vanagloria… más que la devoción por Servir.
Para una hijita el papá es el Líder más importante. Para el esposo la compañera es la Líder trascendente… En cada relación un Líder es una figura de compensación capaz de ayudar a encontrar el equilibrio y la armonía necesarios, al objeto de vivir con ecuanimidad y estabilidad emocional e integridad moral.
Un verdadero Líder actúa bajo la Síntesis de la Vida
La Síntesis es una fuerza sobre la cual fluctúan los movimientos, tiempos y ritmos de la Vida. Es la Esencia de la Vida. Motiva hacia la sencillez, la autoobservación, el perfeccionamiento, el cambio y el despertar de la Conciencia. Pero sobre todo ilumina aspectos internos como son el Alma y el Corazón que son contrarios a los que el mundo terrenal activa.
Un líder caído se mueve con un ritmo de lenguaje complejo, ramificado, sentimientos difusos, acciones imprecisas y contradictorias, pensamientos controvertidos y en su Vida personal a menudo aparece el caos, la soledad, la falta de armonía y de equilibrio personal, el vacío existencial. En definitiva la ausencia de Síntesis.
Un Líder basado en la Síntesis asume su Vida interna y externa en consecuencia con lo que expresa, siente y vive. Trabaja sobre sí mismo, busca la sencillez en la expresión tanto de palabra, escritura, actuación o modo/estilo de Vida.
Lo sencillo, lo concreto posee mucha más fuerza de expresión que lo complejo y enmarañado.
Todos somos Líderes
Desde la Vida, el Hogar, las responsabilidades adquiridas y la relación con los demás TODOS SOMOS LIDERES. El camino de la perfección, del cambio y la trasformación conduce al liderazgo de la Vida desde el Corazón.
En síntesis: un Líder, no es un puesto ni un grado ni una figura concreta. Un Líder es un camino de autodescubrimiento y autoconciencia, autosuperación y autodominio… capaz de ayudar al ser humano a convertirse en una herramienta útil de las necesidades ajenas.
Por lo que la mayor y mejor definición es: Ser Líder es un bello acto de Servicio.
Francisco Monllor
Psicoterapeuta, Coach Familiar y Especialista en Crecimiento Personal