Cada cultura y cada Familia crea sus propias tradiciones y formas de convivencia que les son significativas. Cenar cada noche toda la Familia en conjunto o compartir un almuerzo dominical con los abuelos son un buen ejemplo de ello.
No obstante, debido a los cambios que ha experimentado nuestra sociedad en las últimas décadas, estas costumbres corren el riesgo de perderse por el ritmo acelerado de la vida actual. Algunos padres llegan tarde del trabajo y encuentran a sus hijos dormidos. Pierden así la oportunidad de cenar en Familia, rezar con los chicos antes de dormir o dedicar un rato para conversar.
Expertos en educación Familiar señalan que es importante que los padres establezcan estas costumbres desde que los niños son pequeños y como una acción natural.
La socióloga chilena Soledad Quiroz enfatiza que es bueno que antes de los siete años se le inculque a los niños esas costumbres Familiares, porque esto les da seguridad y los afianza en momentos de crisis.
Los especialistas explican la diferencia entre ritos y rituales. Los primeros tienen que ver con la celebración de un evento o suceso significativo, como puede ser un cumpleaños o un día especial como el día de la madre. Los rituales están más relacionados con los hábitos diarios de una Familia, como saludarse o despedirse de beso, dar la bendición a los chicos cuando se van a la cama, dar gracias antes de cada comida, entre otros.
Consejos para poner en práctica
Si bien los especialistas coinciden en que cada Familia puede establecer sus propios rituales y ritos, recomiendan poner en práctica algunos para fortalecer los lazos del grupo.
Saludos: Es importante que los miembros de una Familia establezcan como un ritual el saludarse y despedirse siempre. Que los padres acostumbren darles un beso a cada hijo al llegar del trabajo, así como al momento de dormir.
Dar gracias: Procure inculcar a sus hijos la costumbre de dar las gracias a las personas que les prestan algún servicio. Al principio, los niños pueden verlo como algo ajeno, pero si los padres suelen hacerlo se acostumbrarán rápidamente a verlo como algo natural.
Visitar a los abuelos: Acostumbre a sus hijos a visitar a sus abuelos. Esto ayudará a mantener el contacto entre ellos y a enriquecer la relación intergeneracional.
Cumpleaños: Este tipo de eventos deben transformarse en algo significativo para toda la Familia. Es bueno que cada año se tomen fotografías y luego se recuerde el momento. Es positivo crear un álbum de los cumpleaños.
Comida con participación de todos: Establecer un día en la semana en que todos los integrantes de la Familia participen activamente en la elaboración de la comida. Unos pueden poner la mesa, mientras otros ayudan en la cocina. Lo importante es que todos estén ahí. Es un buen espacio para conversar y saber lo que pasa con el resto de los integrantes del grupo.
Día de la Madre, del Padre o del Niño: Es recomendable que la Familia aproveche estos momentos no sólo para dar regalos, sino para hacer del día algo especial para uno de los miembros de la Familia.
Impulsar la caridad: Enseñe a sus hijos que hay gente más necesitada y que es bueno ayudar, con lo que aprenderán a ser generosos. Es recomendable que de vez en cuando acudan juntos a un hogar o a un asilo y lleven las ropas que no usan u otra ayuda.