El valor de cocinar con los niños




La cocina nunca estuvo tan de moda como en la actualidad, así es que también el arte de cocinar ha llegado para los niños como si se tratara de un juego divertido y placentero, es posible desde muy chiquitos introducirlos en los primeros pasos: aliñar y rebozar las milanesas, preparar un bizcochuelo, una tarta, hacer galletas.

Las vacaciones, sean de verano o invierno, son un buen momentos para que el niño de sus primeros pasos por la cocina.
No existe una edad más o menos adecuada, cuando se note que el niño ya tenga habilidad en sus manos para manipular alimentos, es el momento ideal para introducirlo en el mundo culinario.
Además, el estar en contacto con los alimentos, se animara a probarlos y a consumirlos. Enseñar a cocinar es un buen camino para estimular y enseñar hábitos de alimentación a los niños.

En la cocina no solo se prepara la comida y se la come, también se educa y se aprende. La cocina es una necesidad pero también una tradición, una costumbre que deberíamos pasar a los niños, disfrutarla con ellos y enseñarles a cuidarse y a que elaboren una saludable alimentación.
Alimentarse bien es tener una buena calidad de vida. Dar valor a los alimentos es la base sólida de una correcta nutrición.

La clave es hacer del acto de cocinar algo muy entretenido, atractivo y muy divertido, enseñar a como elegir y comprar los mejores productos, a cómo combinar los platos, como preparar un buen menú, como sacar el mejor provecho a las verduras, cual es el valor nutricional de cada alimento, y por último a manipular y preparar una comida completa.

Enseñar a los niños, desde la más temprana edad, a cocinar y a involucrarse en la preparación de comidas, también es una forma de evitar que desarrollen problemas relacionados a la alimentación, por ejemplo obesidad y/o trastornos de alimentación, como así también favorece al combate del sedentarismo que presentan tantos niños hoy frente al televisor.
Es una forma de evitar que el niño se aburra. Y de inculcar el compromiso y el esfuerzo en lo cotidiano, además motiva al conocimiento, al trabajo y a una mejor valoración de sí mismo.