El compañerismo en el matrimonio



Las personas tienen distintas maneras de expresar el compañerismo y tienen distintas necesidades del mismo. No tiene por qué reflejar necesariamente si se ama o no a una persona.
El compañerismo involucra el PROPIO sentido de los límites personales, en qué medida desea usted abrirse hacia alguien e incorporarlo a su vida y emociones. Y también refleja el punto en el cual usted puede sentir que está perdiendo su propia identidad o está siendo engullido por otro.
Es una cuestión muy personal. Por consiguiente, cuando dos personas no se dan cuenta de que son muy diferentes el uno del otro en este sentido, uno de ellos puede empezar a sentirse sofocado y oprimido, y el otro puede sentirse solo, abandonado o no amado.

El compañerismo se refiere a su percepción emocional. La proximidad es un hecho físico. Según sea su relación, Usted puede sentirse cerca de alguien que está a miles de kilómetros y, por el contrario, apartado y lejos de quien está acostado en su misma cama.

Generalmente, el matrimonio produce un sentimiento intensificado de compañerismo y también una gran cantidad de proximidad, especialmente si Usted y su compañero/a no han vivido juntos anteriormente. Este cambio plantea los problemas de cómo se siente cada uno respecto al compañerismo y la proximidad, cuánto de ello necesita o está dispuesto/a a tolerar y en qué medida son similares las necesidades individuales de la pareja.

Si alguien que necesita compañerismo se casa con una persona "distante", él o ella pueden sentirse constantemente frustrados y angustiados, mientras intentan compartir sentimientos y emociones al tiempo que perciben que son rechazados continuamente.

Y la persona que necesita un mayor espacio emocional (y algunas veces también físico) verá a la otra pegajosa, sofocante y dependiente.

Hemos discutido varios problemas que, presumiblemente, se presentarán durante el primer año de matrimonio: el reconocimiento de las diferencias, el equilibrio de poder o control entre cónyuges, las necesidades individuales de compañerismo y la cuestión de la proximidad. Sin embargo, estos son sólo algunos elementos vitales que se mezclan para obtener la nueva "fórmula" matrimonial.

La espiral de conflicto
Cuando aparece un conflicto entre dos personas, se genera una espiral, o un ciclo, en el que suben sin cesar las paredes de autoprotección, y también las de la defensa y la agresión.

Hay perturbación, heridas psicológicas y sufrimiento.
Para sanar la relación y restaurar el respeto y el afecto, usted necesita acabar con este ciclo. Afortunadamente, para acabar con este ciclo se necesita una sola persona. Y esa persona puede ser usted.

El ciclo de conflicto es como una partido de tenis. Se necesitan dos personas para que el ciclo del conflicto vaya y venga. Lo único que se necesita es la decisión de acabar con él. Cuando una persona deja de jugar el juego, el ciclo ha terminado. Usted deja de jugar el juego cuando da aceptación, comprensión y apreciación, en lugar de resentimiento y crítica.

Para hacer el cambio de la agresión a la aceptación, usted necesita sanar los problemas en usted, limpiar lo que crea en usted resistencia y le impide respetar y aceptar.

¿Cuál es el objetivo de vivir en pareja?
Tal como se mencionó anteriormente, la pareja viene a continuar supliendo la necesidad de sostenimiento afectivo y la nutrición emocional que todo ser humano necesita, pero más como un complemento que como un suplidor solamente.

Entonces, podemos decir que primordialmente el objetivo de establecer una pareja en sentirse amado y amar. Notado y connotado por ese “Otro/a” que es al mismo tiempo objetivo y fuente de afecto. Donde lo ideal es el logro de un vínculo nutridor por obra del amor mutuo.

Otra razón y no menos importante es el impulso intrínseco de perpetuar la especie a través de la procreación. El ser humano encuentra sentido de plenitud en el acto de perpetuarse a través de su descendencia. La familia no solo evita la angustia de la soledad, sino que crea el marco para experimentar el sentido de pertenencia y de ser amado/a.

La salud mental y emocional de las personas está ligado, en primer lugar, a si esta se desarrolla o no en un sistema familiar donde se manifiesta el afecto, respeto y consideración mutua. Donde existan reglas claras aunque flexibles, y que permitan el desarrollo de la consciencia de solidaridad hacia los demás.

¿Cómo mantener viva la relación de pareja?
Para mantener entonces viva una relación la pareja no debe descuidar el vínculo del compañerismo y del mutuo apoyo.
Toda relación demanda tiempo, para poder compartir sus mutuas necesidades. Cultivar la comunicación significativa. Esto significa poder compartir los sentimientos y necesidades emocionales más profundas con la pareja.

El no poder lograr esto en la pareja, puede generar el alejamiento emocional hasta establecerse lo que se conoce como “divorcio emocional”. Las personas se sienten solas aunque tengan una pareja, ya no comparten tiempo y el sentido de la amistad de diluye.