Los abuelos, un tesoro en la Familia

En el marco de la festividad del “Día de los abuelos” es una oportunidad de hablar del valioso papel de estos miembros de Familia en los núcleos familiares y en la sociedad.

La sociedad narcisista en la que vivimos valora la eficacia y da culto a lo joven, bello y hermoso. La vejez es un contravalor y no se estima la “sabiduría del corazón” que representan los años. Debido a esta cultura y a otros factores sociales, en ocasiones, los ancianos son para algunos hijos una carga que se pasan de unos a otros y muchos terminan desamparados. Sin embargo, en esta misma sociedad, los abuelos son más protagonistas de lo que parece, pues no pocos de ellos son actualmente una ayuda imprescindible para aquellas parejas de matrimonios jóvenes que, abocadas al trabajo fuera del Hogar tanto el marido como la mujer, ven en sus padres el mejor seguro de la educación de sus hijos.

Ahí están las estampas de cada día, de aquel abuelo o abuela que recoge a su nieto a la salida del colegio. Que ayuda en tareas domésticas de la nueva Familia de sus hijos, y que en tantas ocasiones -siguiendo la máxima evangélica de “no sepa tu mano izquierda lo que da tu derecha”-, continúan sacrificándose en favor de sus hijos. Pero sobre todo ahora, cuando muchas Familias jóvenes sufren de cerca la lacra del paro, allí están los abuelos compartiendo lo que tienen para ayudar a hijos y nietos.

Esta generación de personas mayores se forjó en los años duros donde todavía no había aparecido la llamada sociedad del bienestar. No tuvieron las comodidades que gozan hoy sus nietos, ni las posibilidades culturales y educativas que tienen sus hijos pues muy pronto conocieron la dureza del trabajo para traer dinero a casa. Son hombres y mujeres hechos a sí mismos, autodidactas, sacrificados, capaces de un aguante sobrehumano y de las más heroicas renuncias. Precisamente son ellos quienes están desempeñando una labor supletoria en la transmisión de la fe y de los valores que han configurado la institución natural de la Familia. Por esto y por otras muchas razones, los abuelos siguen siendo un gran tesoro de humanidad en todas las tradiciones culturales.

En África se dice que, cuando muere un anciano “ha desaparecido una biblioteca”. Los mayores allí son los custodios de la memoria colectiva. En cambio, en Occidente, nadie quiere parecer viejo y se ha perdido el respeto a la “vejez venerable”. Es necesario crear una nueva mentalidad respecto de nuestros mayores.
En primer lugar, hace falta considerar al anciano en su dignidad de persona. Luego hay que procurarle una inserción efectiva en el entramado social. No son un peso para la sociedad, si no una fuente de sabiduría y armonía que puede contribuir al bien común. Finalmente, no sólo se trata de organizar actividades de ocio para la tercera edad, si no de procurarles una asistencia rica en humanidad e impregnada de valores auténticos.

Ellos pueden ser –y son tantas veces– los garantes del afecto y la ternura que todo ser humano necesita dar y recibir. Ellos dan a los pequeños la perspectiva del tiempo, son memoria y riqueza de las Familias. “Ojalá que, bajo ningún concepto, sean excluidos del círculo Familiar. Son un tesoro que no podemos arrebatarles a las nuevas generaciones, sobre todo cuando dan testimonio de fe ante la cercanía de la muerte”.

Abuelos y nietos: un vínculo de amor
En los abuelos está representada la historia Familiar, son fuente de experiencia y de sabiduría para hijos y nietos.

El disfrute del abuelo es la riqueza del nieto
En los abuelos está la representación más pura del amor filial, especialmente en el lazo que se forma con los nietos. Esta es una relación dotada de reciprocidad; ambos se nutren del amor que expresan. Los nietos se convierten en fuente de Vida y les enseñan a los abuelos a ver con los ojos de la alegría y la esperanza.
Al mismo tiempo, los nietos experimentan una vivencia única con sus abuelos, es algo así como una amistad pero con alguien que le triplica en edad. Amistad que es posible dadas las condiciones, puesto que no está de por medio la labor educativa que sí pertenece a los padres, de esta manera queda el camino libre para que los abuelos se den el lujo de consentir responsablemente.

Beneficios educativos
Son muchos los beneficios educativos que trae consigo una relación cercana entre abuelos y nietos. Incentivar en los hijos el cariño por sus abuelos, les hará conscientes de lo valiosa que es la Familia. Les servirá de ejemplo de Vida, de sabiduría y experiencia. De la misma manera, les ayudará a interiorizar valores como el respeto, la solidaridad, la generosidad, entre otros.

Se dice además que una buena relación entre abuelos y nietos, hace que los niños comprendan mejor a sus padres, pues gracias a los abuelos, conocen cómo eran sus padres cuando tenían su misma edad.
Sea pues esta fecha, la perfecta ocasión para resaltar el meritorio papel de los abuelos en las Familias, ha de ser una celebración en acción de gracias por su Vida, por sus esfuerzos, por sus angustias, por sus preocupaciones, por su amor.
Y como tarea para los padres, está el propender por crear lazos fuertes y armoniosos entre sus hijos y los abuelos, además brindarles un trato en el marco del respeto, de la comprensión y del afecto.

El encanto de ser abuelo
“Dicen que lo mejor de ser padre es poder ser abuelo. Ser abuelo permite disfrutar de otra dimensión de la paternidad. Una nueva etapa en la que es posible derrochar mimos sin remordimientos” Esta reflexión describe con precisión lo que para muchos es el encanto de ser abuelos.

Los abuelos que viven satisfechos con su rol repiten a menudo: "podemos querer y divertirnos con los chicos y mandarlos a su casa después." Y es que hoy, la imagen de los abuelos ya no es la que se tenía hace varias décadas de una persona vestida de negro, inactiva, distante y poco vital. El abuelo del siglo XXI es, en la mayoría de los casos, dinámico, muchas veces laboralmente activo, con inquietudes culturales y sociales, independiente económicamente y preocupado por su salud y su bienestar.

De ello que sea cada vez más común la empatía entre abuelos y nietos pues no solo asumen en muchos casos el cuidado de los nietos cuando ambos padres trabajan, sino que su vitalidad los acerca más a los chicos y por ende comparten gustos y hobbies.
Pero aunque ser abuelo tiene todos estos encantos, no es una tarea gratuita. Tiene también sus responsabilidades y deberes. Para ser un buen abuelo es indispensable tener una comunicación abierta y honesta con los nietos, ayudarlos y escucharlos, dedicarles tiempo y hacerles saber que ellos son importantes para usted.
Si se vive lejos de los nietos, también se puede ser un excelente abuelo. Solo basta con pensar en otros métodos para poder comunicarse con ellos (tarjetas, teléfono, fotografías, internet, etc.).

Lo que logran los abuelos
Cuando la relación abuelos-nietos es cercana, estas son algunas de las satisfacciones que se logran:

o       Estar involucrado y comprometido con el desarrollo de los hijos y nietos, y vivir muchos de sus logros.

o       Proporcionar un apoyo, aliento, y/o compañerismo a la Familia.

o       Poder ser mejor abuelo de lo que quizás se fue como padre, debido a sus años de experiencia.

o       Enseñar acerca de los orígenes, cultura, y costumbres o tradiciones de su Familia.

¿Cómo lograr una buena relación con los nietos?
Lo más importante es saber escuchar a los nietos para que haya una excelente comunicación y así ellos podrán acudir a usted en cuando lo necesiten.

Para ello:
o       Al hablar con los chicos, vaya al grano, sin divagar ni repetir.

o       Esté preparado para escuchar conceptos modernos a los que no está acostumbrado.

o       Evite las quejas.

o       Evite hacer una constante auto-referencia, (yo, yo, yo) y no monopolice la conversación.

o       Mantenga un contacto visual para determinar si su nieto oye realmente lo que le dice, o está aburrido.

o       Muestre interés por lo que sus nietos hagan: hobbies, estudios, trabajo. Acompáñelos en ocasiones importantes de su Vida como presentaciones en público (deportivas o artísiticas).

o       No desacredite a la madre o al padre, ni trate de actuar como sus padres.

o       Si desea discutir alguna cuestión de disciplina con los padres, hágalo cuando se encuentre a solas con ellos, sin la presencia de su nieto.

o       Ame a sus nietos por lo que ellos son, no por lo que usted piensa que ellos deben ser.

o       Diviértase junto a sus nietos. No tome una posición distante en fiestas y celebraciones familiares.

Fuente: http://www.lafamilia.info/