El aburrimiento se ha convertido en una amenaza para que los esposos conserven su unión. Si bien la lista de causas que llevan a las rupturas conyugales sigue encabezada por la infidelidad, se observa ahora que el aburrimiento está haciendo estragos en los matrimonios, provocando que el proyecto común sea cada vez menos duradero.
Aunque el aburrimiento en el matrimonio no es exclusivo de los tiempos modernos, sí hay una variación respecto a la forma de afrontarlo, que es precisamente el “no afrontarlo” y “sí evadirlo”. Pensamiento que podría tener explicación cuando vivimos en una civilización que insiste en el goce máximo a costa de cualquier cosa, motivando a las parejas a centrar sus expectativas en la inmediatez; de ahí que cuando apenas desaparece el encanto de los comienzos, echan mano de la primera solución: el divorcio.
El aburrimiento en el ser humano
Antes de analizar el aburrimiento en el matrimonio, debemos estudiarlo desde la perspectiva humana.
El aburrimiento es un estado emocional negativo que se relaciona con la apatía, la insatisfacción y la falta de interés. Se puede decir que es también una actitud personal determinada por la pobreza de iniciativas para salir de una situación rutinaria. Asimismo, el aburrimiento nubla las perspectivas de futuro, causando un temible desinterés en los planes, en las personas y/o en la Vida como tal.
Aníbal Cuevas, reconocido orientador familiar y escritor, señala: “La cuestión del aburrimiento tiene mucho que ver con la falta de ilusión y el olvido de los detalles. Normalmente llegan al aburrimiento quienes han perdido la capacidad de asombro y de ilusión por falta de práctica.”
Del mismo modo, Viktor Frankl, neurólogo y psiquiatra austriaco, expone: “El aburrimiento, síntoma del vacío existencial, se ha convertido en la enfermedad colectiva de la cultura occidental.”
Pero el aburrimiento se puede evitar. Volvemos a la famosa regla de oro: dichas amenazas causarán más o menos estragos en función de la actitud con la que cada quien las enfrente.
Amenaza para los cónyuges
El aburrimiento en el matrimonio es la raíz de otros males que lo aquejan:
“Ocurre muchas veces que, sin palabras, se establece una especie de acuerdo para vivir aburridamente juntos el resto de sus Vidas, que más que promesa de un alentador proyecto de vida, parece más una condena; alguno de los dos, o los dos, buscan fuera la novedad, los estímulos que les devuelven las ilusiones y las ganas de vivir.
No tiene que ser un amante. A veces es el trabajo, otras serán nuevas amistades no compartidas con la pareja; nuevos o viejos pasatiempos individuales, aficiones o adicciones. Es como si se experimentase que la auténtica Vida, al menos la más estimulante, está fuera de la pareja.” *Apoyomatrimonial.com
Por obvias razones, llegará un punto en que el tedio ya no se soportará más y sin necesidad de haberse producido una circunstancia extrema, la relación se disolverá.
Por eso es tan importante evitar el aburrimiento antes de que llegue. Aunque si ya ha llegado, también se puede salir de él. ¿Cómo?
Cómo combatir el aburrimiento
Detengámonos a pensar cuál es el comportamiento de un hombre y una mujer que recién conforman una unión: comparten algunos hobbies, ponen especial cuidado a su aspecto físico, a los modales, a la forma de expresarse ante el otro, además son atentos entre sí, realizan planes diferentes cada semana, se ríen más tiempo de lo que discuten, se comunican; en fin, se conquistan día a día en las minucias.
No cabe duda que es necesario renovar el matrimonio. Y esta renovación incluye el romanticismo y el cuidado de los pequeños detalles, aspectos que reciben tanta atención en los inicios de la relación.
Por lo tanto la mejor estrategia para rescatar un matrimonio del aburrimiento, es saber cambiar juntos. Hay que descubrir a esa nueva mujer o ese nuevo hombre que está al lado, en vez de buscarse uno nuevo.
Sabemos que las discusiones y las diferencias siempre van a existir, por eso hay que trabajar juntos –hombro a hombro- en la relación conyugal, y volver a sacar brillo al matrimonio.
Finalmente, una reflexión de Aníbal Cuevas, autor citado al inicio de esta nota: “Para disfrutar del matrimonio hace falta estar enamorado y para estar enamorado hace falta estar dispuesto al sacrificio. De esta manera la felicidad es consecuencia del olvido de uno mismo y la entrega al otro en lo cotidiano de cada día. Si te lo propones, se pasa muy bien en el matrimonio.”
Fuente: http://www.lafamilia.info/